CLXVIII
AUTOR: Margarita
Schaerer
Paró la pluma un
momento,
no es que no
tenga nada que decir,
muy por el
contrario…
tiene mucho por
escribir,
hay tanto en el
tintero,
que se muere por
confesar
si es por eso la
pluma
no dejaría de
danzar.
Es la mano quién
debe descansar
es ella que está
unida
a los
sentimientos
mezcla las
emociones
y no nos deja
soñar.
La mano esta
resentida
se ha vuelto un
tanto mañosa
solo quiere
agarrar la pluma
para sus lamentos
contar.
Más la razón y la
pluma
otra cosa quieren
pintar
con colores e
ilusiones
bellas acuarelas
para soñar.
Entonces la mano
se empaca
por no poder
desahogar
lo que el alma
adolece
y la pluma
prefiere no bailar
al son de esas
melodías tristes
que la mano
quiere tocar.
A la razón obedece
hasta que la mano
comprenda
que por ello se
han de separar
o hasta que el
corazón sonría
y le permita a la
pluma danzar
para así
nuevamente juntas
sueños de
ensueños pintar.
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Argentina