viernes, 21 de octubre de 2016

EL DE ARRIBA (II)

A finales de junio del año pasado, levanto el tubo del teléfono de casa para atender la llamada, era domingo cerca de las cinco de la tarde; una voz en susurros me habla meloso ya lo había hecho unas semanas atrás a media noche... pero en aquella oportunidad aunque escuché todo lo que me dijo, me hice la desentendida con - quién habla? Supuse quién... sólo había una persona que podría haberlo hecho, al comenzar dijo - no digas nada y siguió - cuando hice la pregunta el contesta - no tenes idea quien soy?, sabes quién habla? - y siguió susurrando - no tenes ganas de unos mimitos........... - lo dejo hablar y luego le digo en susurros - chau - y corté, no lo mande al carajo, porque estaba despierta, y sentada en el escritorio, a esas horas sólo yo atiendo el teléfono... él creé, que le creí que no fue él, cuando se lo pregunté.
A lo que iba, es que en ésta oportunidad era de día y pudo haber contestado algunas de mis hijas , para su suerte contesté yo , y como sacado de un guión me refirió las mismas cosas, en la misma forma... susurrante y meloso, está vez no lo interrumpo dejo que siga , me dio gracia y en cierta forma me divertía su juego, luego le digo - ya, en serio háblame bien, es la segunda vez que lo haces, no te escondas tras el susurro - conversamos pero siguió susurrando, me preguntó donde estaba a lo que yo contesto la verdad - en la cama - era cierto hacía frío y no me levanté para nada , Dios! se puso más cachondo y empieza a adivinar mis prendas, yo le sigo el juego , subió la apuesta queriendo ratonear yo le mentía con la respiración mientras lo escuchaba mirando la televisión que estaba sin volumen, le digo no me gusta así y volvimos a una conversación en la que le pregunto - quién te dijo que me llamarás - él contesto - EL DE ARRIBA - le digo - estás loco - él dijo - VOS VOLVES LOCO A TODOS... seguimos charlando, luego se despidió raudo y cortó.
Me dio gracia lo sucedido y a la vez me preocupe ya que está vez lo hizo en el día y como indique antes, pudo haber contestado una de mis niñas, así que dejé pasar dos días y a la persona que supuse le dejé en el contestador lo que pensaba, después lo hablamos frente a frente, me lo negó, más no pudo mantener su mirada cuando me contestó, y se rió... no volvió a llamar a casa desde entonces el ratón telefónico.
Hoy me vino a la mente aquello, por ver que hay muchos que se vuelven obsesivos y enloquecen, actuando sin pensar... yo, estoy curada de espantos, a estas alturas ya nada me sorprende. Sabes qué ratoncito, yo también soy una loquita, ya ves hoy me acordé de vos... uno de estos días, quizás... te llame yo.




AUTOR: Margarita Schaerer
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C.A.B.A. – Argentina