viernes, 21 de octubre de 2016

CONVERSACIÓN LUAR




Anoche conversamos con mi amiga luna, estaba tan hermosa... La tarde nocturna se alzaba llamándome en el parque , que jugueteaba entre las nubes haciéndose notar, radiante, preciosa, ella sabía que estaba ocupada, aún así , parpadeaba para llamar mi atención , y lo logró, logró mi embeleso y la admire por un momento.
Luego, cuando el silencio de la noche se hizo presente , su luz se reflejaba en el balcón como invitándome a salir , algo dentro mío al ver su resplandor, me incitó a correr el ventanal y salir, me asomé en la baranda y paseé la vista con disfrute de un lado a otro , me agarré con las manos y los brazos extendidos tirándome hacia atrás, con los ojos cerrados, suspiré y me quedé así, sintiendo la brisa que traspasaba a través mío, con la dulzura de su aroma noctámbula.
La luna, ella, observaba tras mío y me abrazaba con su destello en lo alto, bañándome con su luz de plata, la siento murmurar, giro y la miro , la saludo, yo siempre le hablo... - Hola luna, estás muy linda hoy , cómo estás?- al tener fija la mirada en ella las nubes que escasas viajaban, simulaba el viajar de ella , pero al centrar en las nubes la atención percibo que está quieta, acompañándome en ese instante, en que alumbra mi rostro y da brillo a mis ojos , sintiendo cual caricia su luz , fue como si me dijera , quédate un rato conmigo y me estremeció, al contemplarla fija, mis ojos se aguaron... me quedé allí, viéndola y seguí hablando con ella , al percibir aquel estremecer, comprendí que necesitaba compañía y le bromeo, para hacer pasar esa sensación y a la vez, hacerla sentir amada.

Le digo - espérame, no te vayas...ya vuelvo- traigo una silla, el té que había preparado antes, los cigarrillos y un banco para levantar los pies , y me senté allí, con ella de frente... y nos pusimos a recordar cosas de mucho tiempo atrás, de las veces que ella me acompañó en mi soledad ... rememoramos cosas increíbles, y aunque sus palabras no se oyeran como las mías... sí, así como imaginas yo le hablaba en verdad ... ella me traía a la memoria, momentos exactos, fechas, tiempos y palabras que sólo ella y yo conocíamos, hasta remontarnos a nuestros primeros encuentros en mi niñez , años de conocernos y charlar juntas , es por ello que más que amiga, desde siempre mi confidente, testigo silente de alegrías y penas.
Nos quedamos horas juntas, la noche se prestaba para conversar y entre las nubes viajeras que entrometidas se cruzaban en nuestra charla nos fuimos despidiendo para descansar, fue un reencuentro emotivo con tantas cosas que revivimos ... hoy la noche es distinta, la luna no alumbra, pero sé... que del otro lado de la nube ella se encuentra. Espléndida...




Margarita Schaerer 
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C.A.B.A. – Argentina