lunes, 19 de septiembre de 2016

GRANDES AMORES

Pasó mucho tiempo, para que la ilusión se asomara nuevamente a mi ventana, sí digo bien... ventana; era una ventana irreal, fue hace mucho tiempo de aquello también...
Cómo pasa el tiempo, a lo que iba; era pequeñita aquella ventana por la que me asomaba y me sumergía en un mundo de ensueño a través de las palabras, comencé a soñar y en esos sueños sentía que las letras me acariciaban, cuántas sensaciones sentí, que deseaba ser la musa de sus letras, sin imaginar siquiera que un día, serían escritas para mí... sus palabras iban calando una pasión vieja que dejé olvidadas también con el tiempo que era, "escribir " ... en aquel entonces me encontraba sola, así que me aproxime a esa ventana que tanto me llamaba la atención y trepe por ella, y me crucé del lado azul, del lado donde los sueños se cumplen y conocí un gran hombre, un gran compañero, un buen amigo, un amor azul , un amor que en la distancia estuvo más cerca que nadie en mis peores momentos, vivió conmigo cada pena, cada angustia mía, estuvo conmigo noches y días, y fue el padrino de mis letras... sí, así es, fue causal de que mi pluma volviera a danzar, pero ese amor era dañino la distancia pronto se haría notar, ninguno de los dos dejaríamos nuestras vidas, aunque el sentimiento y el cariño se acrecentara mutuamente, puedo decir, que viví un gran amor de ensueño y retorne a la realidad... sin cortar el lazo que nos une a los dos, en respeto y una inmensa confianza hasta hoy día.

Pasado aquél tiempo azul, se abrió otra ventana ... una que prometía aventuras , aún mi vida era gris en ese entonces, ya no tormentosa, pero seguía nublado... tenía una mirada diferente y no tenía nada que perder, ya no me importaba nada y sería sólo eso, una aventura... que tonta, la vida tenía otra cosa en mente , cómo podría describir. Este amor que sería pasajera...se había convertido en mi razón, culpable él, culpable yo ... él por haber insistido yo por haber accedido, a uno y otro y otros encuentros sin darnos cuenta, entramos en un círculo vicioso que repetidas veces nos devorábamos el alma, en la que ninguno de los dos asumía lo que nos pasaba ,hasta que nuevamente el universo dijo hasta acá... sé que me amó, más de lo que alguna vez expresó, también sé que no me olvidó... tuvimos miedo de aceptar, y fuimos cobardes él y yo ... y así se ocultó en el orgullo; el amor... sin siquiera imaginar que aún pasado el tiempo seguiría encendida en mí , que fue real, que me hizo feliz y por la que también sufrí ... idas y vueltas sin acabar hasta que llegó el fin de vernos ,mas no lo que siento.A la par que se disolvía la que tanto me dolía Se abría otra ventana, una etérea, ya no de ilusiones, sólo fue calando lentamente, con casualidades que me envolvía en causalidades... raras , un amor místico que me conquistaba con la mente... esas que te preguntas - puede ser posible? ... es posible, sólo que muy lejos de lo que experimento, pueda resultar, aunque las distancias son más cortas, nos aleja y es otro paseo al sufrimiento, no hay promesas ni expectativas, sólo una palabra hipotecada en un encuentro que acrecentara estas sensaciones o sólo cumplirá la función de consumar lo que etéreamente se forjó... Y sabré si la magia se agranda o se apaga.
Aun tengo una ventana abierta a un ilusorio amor de antaño, un amor platónico , amor de niños... amor temeroso, inocente y tímido que no fue pero es ... que transcurrió caminos distintos con el correr de la vida y que la misma vida se encarga de acercar nuevamente aunque se toma su tiempo en encararnos y probar que aquello fue y no. O sólo obstinación que queremos remover y revivir, de aquel cariño ingenuo que no supimos reconocer en ese entonces, ya no sé qué pensar de estos grandes amores que calan profundamente.
Hubieron otros muy importantes que no puedo obviar ya que también dejaron no sólo huellas, sino me regalaron lo más bello en la vida y que con ello crecí y soy, o más bien aprendí, fueron mi escuela de la esencia del amor, la que te marca donde ver amor día a día, aún en las mismas lágrimas, en los infortunios, en cada caída y por qué no... Cada logro, porque así fue, no siempre fueron grises, es bueno reconocer que existieron cosas buenas, momentos bellos también.

©Margarita Schaerer
Todos los Derechos Reservados
C.A.B.A- Argentina