Me encanta
la compañía de la eternidad
que emana el azul nocturno
con su manto de estrellas
que enternece la luna
y la luz de la candela
que me cuenta
del corto viaje del alma físicamente
pero que a la vez
el movimiento de su flama
anuncia la pasión
o la tranquilidad
con que consumimos
el tiempo de la vida
al igual que me demuestra
de las titilas sin tiempo del cielo
al cual retornamos eternos
la flor me ilustra los senderos
bellos y perfumados de ciertos momentos
con las otras espinadas y dolientes
según los pises o agarres.
Así cada noche se pasea inspirada
con cada segundo la poesía
en las distancias mas próximas
y el tan cercano infinito.
Amiga de las estrellas,
hija de la luna y el sol
me abrazo en sus luces
y me enciende el corazón
sintiéndose, eterna ... etérea.
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