jueves, 17 de septiembre de 2020

A DOS AÑOS... DE OTRA VEZ, Y UNA MÁS



Dos años de aquel reencuentro, dejavu antiguo quiso remembrarse. 
No le permití volver a lastimar, no dejé que duela ninguna actitud; ni dejé que entrara su hiel.
Su comportar fue la estocada final, culpa mía, claro que sí.. quién me mandó engancharme otra vez.
Si no me quiso en su día, qué me iba querer después.
Quizá el viejo suponía que me gustaría verlo, y no pensar en su partir; por un lado no lo pude creer, sí... mi corazón se llenó de alegría y luego me sentí infeliz.
Siempre buscó en mí cada vez más, quería que dejara todo,pero no quería que dejara nada.... me quería completa,pero no a mí... me quería triste por él y dispuesta a su antojo.
Fué hasta humillante en un momento, que me pregunté sentada en un banco... que , qué estaba haciendo conmigo, dejándole vejar mis sentimientos, otra vez.
No sabía para donde correr, tenía mis emociones tan trapeados, que aunque me dolía el alma, tampoco lo supo ver.
Yo quería quererlo, pero no. Él no quiso que lo quiera.  y eso había terminado con el poco amor que me quedaba para dar... desangró el amor que me sostenía esa última vez, y caí.
Nadie estuvo ahí, todo se dió vueltas y me digo. Ahora vuelve con contraataque... buscando quién sabe qué. Quizá probar que caiga nuevamente.
Cuando estás frente a la muerte, o caminas a su par, ya no asustan los huesos que crujen al girar. Nos fuimos de viaje con los ángeles  de la enfermedad.
Quisieron enseñarme cómo curar mi mal... me dejaron cerca de más penas, traiciones y tentaciones, maldad y maldiciones para aprender más y más. La guadaña estaba atravesada desde la espalda hasta mi alma que no soportaba ya. Las risas y carcajadas les veía en sus caras ,las burlas y comentarios las escuchaba hasta en la brisa. 
Fué el espíritu de mis raíces los que me sostuvieron, que hasta ángeles vinieron  a acercarme lo del mercado; es que ellos si sabían de la prueba que me habitaba, andaba bien acompañada aunque sola padecía andando, los dolores que la vida esos días me pegaba.
Me olvidé de los desplantes de los necios y egoístas... así terminó curando, mi cuerpo de sus cenizas. Aun  me falta una parte, pero ya se van encargando arriba, de pasarme cuando duele, un bálsamo refrescante. Y también me devolvió la fuerza en la mano, y en los brazos que se me había anulado.
La muerte se hizo mi amiga, con la enfermedad nos damos la mano... ahora me dijeron quédate en casa, porque estamos trabajando, hay muchos que no han comprendido que la enfermedad es para sanarnos del mal de no saber amarnos.
No voy a mentir me doliste, otra vez, porque en mí sabía,de que de mí, otra vez te reirías... te permití eso  por comprobar. Es que cuando uno se vuelve un chiste para alguien, hasta el amor lo hace broma... lo sé bien.
Las experiencias es lo que sobran y enriquecen mi haber... no para ser rencores o memorias de rabia, una vez que los acepto los tomo de lección, tardo para dar el corte, pero cuando pongo el límite es que ya  está bien estudiado. Ya puedo aseverar que con lo aprendido no fallo nuevamente.
Así concluyo el recuerdo de los inviernos de tu cama, abrazada al frío de tu pecho, que congelaron mi alma.
Y aun así me siento tiritando al corazón con miedo, de no volver a amar. y más , reciente mi boca la hipotermia  en mis labios, que se apaga ya conciente para no volver  a pronunciar un  Te amo.

Derechos Reservados 
©Margarita Schaerer (29/06/2020)






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