lunes, 23 de mayo de 2016

QUERIDA

CXCVIII

Déjame llamarte querida
Una vez oí  nombrarte
Más hoy no lo recuerdo
Sabes…
Su mirada era tan fuerte esa noche
Yo no sabía de él hasta entonces
Era una sensación extraña
Nadie me intimidaba
De ese modo hacía tiempo
Con tan solo una mirada,
Aun sin conocernos él y yo,
Supe de vos
Pero él no apartaba su mirada
Y ya no me disgustaba,
Al contrario me gustaba cada vez más
No lo demostraba junto a él
Cuando nos conocimos, disimulaba
Sabía que tú existías
Nunca nos dijimos nada
Su mirada hablaba por si sola
Quedó así, pasó el año
Con esa aventura extraña que sentí
Con el tiempo fuimos más cercanos
Había más confianza
Los saludos y las risas  espontáneas
Y mi corazón se alegraba con solo verlo
Dentro mío se hacía más visible su sentir
Cada vez más juntos, más cerca, más solos
Cada vez… cada vez más excusas
Yo veía en sus ojos más brillo
Más ansia, más aproximación
Ya no dudó en un abrazo
En ese abrazo temblé
Al sentir sus latidos,
Y no supe qué hacer
Solo me alejé, sin más
Luego volé…volé  en una locura
Una locura hermosa y mía
No sabía cómo proceder
Sabía que si volvía a suceder
No iba poder contener
Lo que en mí él producía
Una sensación tan acalorada
Que intentaba contener de su mirada
Logré evadirlo cuando
Me abrazó tan fuerte por segunda vez
Pero sin mentirte allí me quedé
No lo rechacé, quería sentir
Lo que me quería decir su corazón
No había más dudas
Era como lo intuía yo
Por ti huía… de él ya no
Lo quería cerca,
Me gustaba lo que sentía en su abrazo
Y cuando nuevamente sucedió
No resistí, un beso pedía sus labios
Sus latidos me gritaban
Los dos supimos en ese momento
Que no estaba bien
Pero en su boca quedé presa
Y con sed, sed de él
Por ti querida… me alejo
De él,
Guardando en mí
Lo que entonces sentí
Eres afortunada,
Es un buen hombre
Y será un gran padre.


Margarita Schaerer © 
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CABA - Argentina