Se extraña el cuerpo
moja su entraña
ansía tus caricias
muerde tus ganas
raspa el deseo
el roce de tu aliento
el néctar de tu boca
esa danza delirante
del oleaje de tus costas.
Vaivén que se hamaca
espumante en mi arena
marea inquieta por instantes
mecedora calma de ratos
jugueteando sus aguas
salpica, hunde y golpea
su bravura salada
enciende y quema la piel
al unir esas ganas
navegarse por completo
hasta prender al sol dentro
camino de estrellas
envuelve el instante
sendero lunar
alumbra su llegar
las ansias se beben
en su estanque plateado
el rayo dorado
explota su éxtasis
parando al tiempo de su segundo
encandilando el sentido
ambrosía del ser, su estremecer
y así
muere y renace
nuestro placer.
© Margarita Schaerer (21/12/2022)
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