Un día vemos lo que no veíamos y cuando eso pasa, cuando rasgamos ese velo de nosotros , nada, absolutamente nada vuelve a ser como era.
Un día oímos lo que no se escucha , sí, porque oír es diferente a escuchar , y allí , justamente en ese instante se destapa la mente.
Un día palpamos lo que no se toca , eso abstracto que siempre nos envuelve y solo se siente, a veces duele, a veces gusta ,pero siempre por dentro nos toca .
Un día saboreamos eso que no se come, degustamos esa exquisitez con tantos matices , su amargor y su dulzor , variedad que empalaga y asquea . Y allí aprendemos a tragar , la vida, cada día.
Un día un aroma cautiva al inhalar y no es un olor particular, es la esencia de nuestra existencia . Que entra y sale etéreamente en un simple respiro. Y que día a día... expira.
Un día nace una conciencia y nos despierta , cada uno de nuestros sentidos, a usarlos dentro del alma y no en el envase .
Un día , solo sucede que son más que cinco sentidos . Y todo comienza a tener sentido . En los sinsentidos diarios.
Un día entenderán lo que digo.
© Margarita Schaerer (13/11/2022)
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